Al comienzo fue hace 27 años, tengo 39. Hoy es 4 de diciembre del 2015. Comencé entrenando en un gimnasio destacado en un barrio común de Buenos Aires. Realizaba ejercicios con pesas y maquinas no tan modernas como las de hoy. Yo tenia solamente 11_12 años.
Yo era muy delgado en aquel entonces y pronto gané una forma física interesante, desarrolle fuerza y vitalidad entrenando cinco días a la semana. Luego seis días y uno de descanso. Y así fue el inicio. Mi cuerpo y su forma, se destacaban en un tiempo en que los gimnasios, ninguno, era tan importante. En realidad se sostenían por las clases de gimnasia aeróbica que, tenían como asistentes en casi el cien por ciento de las veces, mujeres.
Recuerdo entrenar solo con el gimnasio vacío, se llamaba Koala Física Center. Hasta tenia solárium.
Pronto conocí el Aikido, y comencé practicando y en el primer mes de haber comenzado, me involuvcre mucho y tomaba todas las clases que se daban en el dojo Kumazawa de Cabildo e Ibera, que aun existe. Cinco días de práctica a la semana, una hora y treinta por clase con Daniel Morales Sensei. Discípulo directo de Kurata Katsutoshi Sensei, el que seria mi maestro de Shiatsu unos años mas adelante.
Sentía sed de aprender y me incorporé a la central de la fundación aikikai argentina y tomaba hasta cuatro clases de Aikido por día. Eso hizo que me destacara de los demás y que el mismo Daniel Morales me reconociera como uno de sus mejores alumnos.
Así fue como me inserte en el ámbito del orientalismo japones.
Era veloz, eficaz, preciso, atento....quería ser el mejor y lo había palpado con las manos. Mi técnica era buena y se notaba.
Al tiempo, asistiendo a la central, el Shuren Dojo, y tomando clases con Kurata sensei, conocí a una mujer especial, Maria Teresa Trullas, instructora de Biomecánica Aplicada. Me explico recuerdo bien, en la plaza frente el dojo, acerca de sus clases, y quise unirme, incorporarme como su alumno. Al principio lo dudó, pues eran todas mujeres sus alumnas y realizaban mucho de danza clásica, lo cual no me interesaba, pero tampoco quería dejar pasar esa oportunidad de aprender esta técnica en mi propio cuerpo. Entonces me dijo que si y comencé a entrenar diligentemente.
Tomaba hasta tres clase de hasta 4 horas por jornada a la semana. Y mi elasticidad llego a ser perfecta. También mi fuerza y mi postura. Y aplicando esos principios biomecánicos al Aikido, me destacaba aun mas.
El tiempo paso así hasta que Teresa me instruyó personalmente sin cobrarme nada, convirtiendome en un atleta de elite, especializado en carreras de medio fondo, en mi caso, de 1000 metros. Era el mejor, los hacia en 3,23 minutos. Era el record sudamericano. Y aplicaba todas estas habilidaes a las artes marciales. Que, ya para mi edad de 14 años, también practicaba Kung fu con Hu Chian Chien, un excelente maestro y actor de muchas películas chinas de artes marciales. Campeón de China dos veces y una vez campeón de Argentina. Recuerdo que tenia los trofeos ahí, apenas se ingresaba a su casa, cerca del televisor en donde resproducia en hs las películas en las que había participado.
Tenia él, la biomecánica incorporada,sin haberla aprendido, y eso me llamaba a estudiar con el. Fue corto ese trayecto pero, comprendí, que toda esa habilidad podía utilizarse con mas economía de movimiento.
Entonces me concentre en el Aikido, la Biomecánica Aplicada, la meditación sobre el combate diverso, y las carreras por la mañana y por la noche para finalizar. Y entrenaba hasta 12 horas diarias.
Estuve así varios años hasta que decidi entrenar de ese modo tomando solo agua, te, y solo los días lunes, unos panecillos naturales de cebolla con mates. Y pude sentir la vitalidad en mi. Entrenando tantas horas al día, sin tiempo para comer, y rindiendo al maximo de todos modos. La fuerza y la velocidad no podían ser solo físicas. Pues casi no ingería nada y en ocasiones pasaba semanas sin comer.
Un año entero estuve así, y me fue bien. Mientras incursionaba en el Full Contacto y el Kick boxing.
Diciembre 4 2015.
masajeantiguo@gmail.com
